inquietantes en los atardeceres del Llano de la Isla, en Enero pasa al árbol dulce e idílico y hermoso que cubre los campos Mallorquines con su luz.
El fenómeno de floración es generalizado en Baleares, donde
en primavera se contabilizan más de siete millones de almendros (Prunus
amigdalus) en flor. El Almendro (en mallorquín: ametller) está muy enraizado en
la cultura y la forma de vida sentir de los Mallorquines.
El almendro es el árbol mediterráneo por excelencia. Fue el
árbol del que Aarón tomó su vara mágica. Algunos autores afirman que la Menorah
o candelabro de siete brazos del templo de Jerusalén, tenía sus pantallas en
forma de almendras porque representaba la vara del almendro de Aarón cuando
florecía.
Según el famoso fruticultor mallorquín D. Joan Salom i
Calafell, la palabra "amygdala", en Siríaco {ha-migdala}, significa
árbol hermoso, expresión que ha sido aceptada por los filólogos, partiendo de
la lenguas que originaron la nuestra. Es muy probable que este árbol hubiese
tenido en Siria un cultivo muy extendido con anterioridad a otos pueblos de la
antigüedad.
Las Civilizaciones históricas lo cultivaron, pues lo
mencionan y lo conocieron en sus dos forma. dulce y amarga. Una vez ya en poder
de la antigua Grecia los helenos lo transmitirían a los romanos, quienes a su
vez lo extenderían por toda el área de su civilización y posiblemente lo
creerían a la península Ibérica.
Otro gran propulsor del cultivo del almendro en Mallorca
Pere Estelrich, a primeros de siglo definió y catalogó 50 variedades, indicando
que existían y había clasificado 382. Las variedades mallorquinas son
ordinariamente dulces, duras, redondeadas, de semilla doble y de buen
rendimiento de grano. La variedad mallorquina semidura, considerada la más
corriente de las clases dentro de la complicada y confusa producción
almendricola de las Baleares es la Poteta, introducida en la península
como buena polinizadora de la Catalana
Desmai Llargueta.
Es el primero de los árboles caducifolios en florecer en
primavera, debido a su rápida reacción a las subidas de temperaturas. En
Mallorca se distribuye por toda la Isla, si bien es especialmente abundante en
los municipios de Marratxí, Bunyola y Sóller, coincidiendo con las mayores
zonas productoras de almendras. También hay muchos árboles en Santa Maria,
Sencelles, Lloseta y Selva.
Para disfrutar de este espectáculo, se recomienda visitar
los monasterios que se encuentran en las cimas montañosas, como los de San
Salvador, Bonany y Randa. Desde allí se puede observar el manto blanco que
muchos llaman “nieve mallorquina”.
Especialmente atractivo resulta realizar el trayecto en tren entre Palma
y Sóller, repleto de campos de almendros, naranjos y limoneros. También ofrecen
excelentes vistas los alrededores de Inca, Llucmajor y Felanitx.
La recolecta de la almendra se hace en pleno verano y a la
antigua usanza. Es frecuente observar a los payeses con largas varas de madera
batiendo las ramas altas para recoger el fruto en una lona que tienden a sus
pies.
Con las almendras se elabora la marca de garantía “Ametlla de Mallorca” -un producto dulce y con más proteínas, ácidos grasos e hidratos de carbono que el cultivado en otras regiones- y el emblemático perfume “Flor d’Ametller”. La gastronomía las incorpora en sabrosas recetas populares, como el gató con helado de almendra, la leche de almendra, el turrón de almendra o el aceite de almendra.
A finales del verano ya podremos recoger sus sabrosos frutos: las almendras. Podéis verlo en nuestro post Flores y frutos del jardín.
Fuentes:
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